Un hombre se encuentra con un ciervo congelado en medio de una ventisca

Los ojos de Allan volvieron a posarse en el cervatillo, con su frágil cuerpo envuelto en la manta. En ese fugaz momento, no se dio cuenta de la pequeña zanja que había delante. El camión dio una sacudida violenta cuando las ruedas se engancharon y patinó sobre la carretera helada. El corazón le dio un vuelco y el pánico se apoderó del volante.

El camión se desvió peligrosamente y las ruedas traseras patinaron mientras él luchaba por recuperar el control. Por un momento aterrador, el mundo giró en un borrón de nieve y faros. Apretando los dientes, Allan afianzó el agarre y aflojó el volante, obligando al camión a volver a la carretera con manos temblorosas.

El pecho se le hinchó y el miedo se apoderó de su estómago mientras seguía adelante. El cervatillo necesitaba ayuda y no había lugar para vacilaciones. Volviendo a armarse de valor, Allan se concentró en la carretera, con los nervios a flor de piel, mientras conducía con cuidado hacia el veterinario, decidido a no fallar.