1991
En esta fotografía, el parecido entre las hermanas es asombroso, más pronunciado ahora que han envejecido. Sus rasgos -ojos afilados, pómulos altos y miradas firmes- crean una poderosa sensación de unidad familiar. Las dos están muy cerca, hombro con hombro, con un contacto físico mínimo pero una cercanía emocional innegable.