La fotografía de la playa de 1984 no sólo muestra la alegría y el júbilo de las hermanas Brown, sino que también ofrece una sutil visión de la presencia de Nicholas Nixon, que aparece como una tenue sombra en el encuadre. La inclusión de Nixon en la fotografía sirve como símbolo creativo, solidificando su papel como guardián de sus preciados recuerdos.
Dos de las hermanas se abrazan, lo que acentúa aún más su estrecho vínculo. La luz del sol crea un marcado contraste entre luces y sombras, resaltando sus expresiones, pensativas pero tranquilas. El fondo junto al mar añade una capa de tranquilidad, simbolizando el paso del tiempo y su conexión duradera.