La cubierta de cuero tenía un oso en relieve, que insinuaba los secretos que guardaba en su interior. Parecía fuera de lugar, pero intrigante, importante, que la instaba a desvelar sus historias. Al abrir el diario, Hazel se encontró con una letra viva que describía el viaje de un viajero por el bosque.
El escritor estaba cautivado por los extraños sonidos del oscuro bosque, y cada ruido despertaba algo en lo más profundo de su ser. Hazel se dio cuenta de que los dibujos del diario habían cambiado y ahora se centraban en los osos, pero no eran dibujos normales.