Una mujer sigue a un oso hasta el bosque después de que se le acercara inesperadamente en la parada del autobús

El súbito gruñido del oso rompió la calma y asustó a Hazel. Su espíritu aventurero vaciló mientras se cuestionaba su decisión. «¿En qué estaba pensando?», pensó, mientras su mente se inundaba de historias sobre los peligros de los osos, haciéndola dudar de su atrevida jugada.

Hazel no podía ignorar lo absurdo de la situación. «¿Seguir a un oso cualquiera al bosque… sola? Debo de estar loca», se reprendió a sí misma, mientras sus pensamientos daban vueltas a la duda y la burla.