No dignificó su comentario con una respuesta. Esta noche no se trataba de insultos mezquinos; se trataba de hacer su declaración. Cindy se mezcló brevemente, intercambiando corteses saludos con la cabeza, pero siguió concentrada en la subasta. Esperó pacientemente a que comenzara la puja, calculando cuidadosamente su momento. Era el momento de actuar.
La subasta comenzó con jarrones antiguos, obras de arte raras y objetos de diseño de colección. Cindy permaneció inmóvil hasta que empezó la puja por un bolso Hermès Birkin de primera calidad, el que Peter le había regalado a su madre. Sonó la voz del subastador: «A partir de 10.000 dólares» Sin dudarlo, Cindy levantó la paleta, arrancando jadeos entre la multitud. Los murmullos no se hicieron esperar.