Una mujer vendió el anillo que le regaló su ex. Cuando el joyero lo vio, ¡no podía creer lo que veía!

Mientras esperaba, Kiara dejó que su mente divagara. Empezó a calcular las posibilidades: pagar sus facturas, mejorar su desgastada maleta, incluso regalarse unas pequeñas vacaciones. Por primera vez en años, sintió un atisbo de optimismo. Este anillo, símbolo de su desamor, podría traerle algo bueno.

Los minutos se convirtieron en una eternidad. Cuando el Sr. Hermann regresó, su rostro mostraba preocupación. «Señorita, tengo algunas preguntas», empezó, con voz más grave. «¿De dónde ha sacado este anillo? Su tono era desconcertante, y la burbuja de esperanza que Kiara tenía estalló al instante.