Un águila arrebata un gato del patio – ¡Lo que descubren los vecinos te dejará boquiabierto!

Entonces, sin previo aviso, un chillido agudo y penetrante rasgó el aire. Samantha se incorporó bruscamente, dejando caer el café sobre su muñeca mientras el corazón le golpeaba las costillas. Las ventanas de toda la calle se abrieron de par en par y los vecinos asomaron la cabeza buscando el origen del repentino y estremecedor sonido.

Por encima de los tejados, un águila volaba en círculos y sus alas dibujaban enormes sombras en los patios. En un instante, se lanzó en picado, con las garras cortando hacia abajo. Samantha apenas tuvo tiempo de levantarse de la silla antes de verlo: Juniper se levantó del suelo y un pequeño borrón blanco desapareció en el cielo en llamas.