Un dron capta algo que nadie debía ver

El dron se estremeció cuando Jonathan lo lanzó hacia la tempestad que se avecinaba. Vientos huracanados azotaron la aeronave, amenazando con lanzarla contra la pared rocosa del acantilado. Apretando los dientes, Jonathan luchó con los controles. Tenía que estabilizar el dron antes de que se produjera el desastre.

«Vamos, mantén la calma», instó en voz baja. El dron entró en una espiral ebria, inclinándose en un ángulo nauseabundo. Los nudillos de Jonathan se blanquearon mientras apretaba con más fuerza el mando a distancia. Un choque fatal podía condenar su futuro.