Jonathan temblaba mientras la policía fotografiaba y recogía la mochila en bolsas de pruebas. Se obligó a respirar despacio, a no dejarse llevar por el pánico. No podía derrumbarse, no cuando las habilidades de vigilancia de su dron eran tan críticas.
Mientras los relámpagos se bifurcaban en el cielo cada vez más oscuro, Jonathan se armó de valor. Tenía que mantener la compostura y hacer lo que fuera necesario para ayudar en la búsqueda, incluso cuando sus peores temores se acercaban cada vez más a la confirmación.