Ayer mismo, había estado abriendo con impaciencia la caja que contenía su flamante dron de última generación. Lo había encargado por capricho, con la esperanza de que el caro artilugio le ayudara a reactivar su alicaída carrera periodística.
Desde que Jonathan había sido despedido de la Charmouth Gazette, luchaba por reavivar su pasión por la información. La mayoría de sus artículos eran rechazados y los cheques de su trabajo como freelance apenas le daban para comprar comida. Pero tenía un plan. Un plan que al principio parecía inocente, pero que le costó muchas noches de insomnio…