Un dron capta algo que nadie debía ver

Los dedos de Jonathan temblaban mientras acercaba el dron al borde del acantilado. El gélido rocío del mar le punzaba la cara, pero tenía que hacer esa foto. Al mirar por el zoom de la cámara, sus ojos se abrieron de par en par.

Olas colosales chocaban contra las rocas a cientos de metros por debajo, estallando en magníficas columnas de agua blanca. Esto es todo, pensó. Se acabó el ir a lo seguro. Sólo tenía que acercar un poco más el dron..