Un perro no deja de mirar a la pared – El vecino se horroriza al descubrir la verdad

Respiró entrecortadamente, con la voz apenas por encima de un susurro. «Tienes razón», admitió. «Consigámosle la ayuda que necesita», dijo. «Llamaré al equipo de rescate. Ellos sabrán qué hacer» A la mañana siguiente, Henry y el Sr. Carlton hicieron la llamada al equipo local de rescate de animales.

El equipo llegó en una furgoneta especializada, sus caras reflejaban una mezcla de preocupación profesional y auténtica compasión. Rápidamente se pusieron manos a la obra, evaluando cuidadosamente el estado del lobo. Cuando Henry les condujo al sótano, uno de los rescatadores, visiblemente agitado, se encaró con el Sr. Carlton.