La tenue luz del pasillo proyectaba sombras alargadas y cambiantes que danzaban a su alrededor. Llegó arriba y se acercó lentamente a la puerta, apretando el oído contra ella para escuchar.
Por un momento, la casa se quedó en un silencio inquietante que aumentó su ansiedad. Justo cuando se asomaba por la rendija entre la puerta y el marco, oyó una voz desde el otro lado que rompió el tenso silencio.