Un perro no deja de mirar a la pared – El vecino se horroriza al descubrir la verdad

De repente, un fuerte crujido procedente del piso de arriba hizo que Henry se incorporara y sintiera un escalofrío. El sonido, inesperado e inquietante en la quietud de la noche, era inconfundible: significaba que alguien se estaba moviendo en la casa.

La respiración de Henry se aceleró al darse cuenta de que no estaba solo. En un estado de pánico creciente, subió las escaleras con cautela, sintiendo cada paso como una eternidad. Los peldaños de madera crujían bajo su peso, lo que contribuía a crear una atmósfera inquietante.