Una vez terminada la operación de rescate, la gente que se había reunido alrededor de la alcantarilla empezó a dispersarse, con la curiosidad despertada por los acontecimientos que se habían desarrollado. Mientras se alejaban, Dave podía oírlos cuchichear entre ellos, especulando sobre lo que había ocurrido en las turbias profundidades de la alcantarilla. Algunas teorías eran más extravagantes que otras: había quien creía que la tripulación se había topado con una criatura de las profundidades, mientras que otros postulaban que simplemente se habían dado la vuelta y se habían perdido. A pesar de las diferentes interpretaciones, una cosa estaba clara: se hablaría de los acontecimientos de aquel día durante mucho tiempo.
El equipo de búsqueda era incapaz de dar cuenta de uno de los suyos, lo que provocó una profunda sensación de inquietud y confusión entre sus miembros. A pesar de la falta de información, no podían deshacerse de la persistente sensación de que algo terrible podría haberle ocurrido a su colega. Mientras tanto, el fiel pastor alemán permanecía vigilante cerca de la entrada del desagüe, como si estuviera atento a cualquier señal de su compañero desaparecido. A medida que avanzaba la noche, la sensación de incertidumbre se hacía más palpable.