Una vez que los bomberos consiguieron abrir la alcantarilla, la multitud se acercó a la espera, murmurando entre ellos qué podría estar provocando aquellos extraños sonidos. Estaba claro que nadie quería ofrecerse voluntario para bajar al oscuro y húmedo agujero a investigar. Se respiraba un ambiente tenso, como si algún terrible secreto acechara fuera de la vista.
A pesar de la curiosidad de todos por conocer el origen de los inquietantes sonidos, nadie parecía dispuesto a descender a las turbias profundidades de la cloaca para investigar. Dave escrutó a la multitud, esperando que algún valiente diera un paso al frente, pero parecía que todos preferían observar desde una distancia segura. Los curiosos se mantenían cautelosamente al margen, contentos de dejar que otro hiciera el trabajo sucio.