Mientras los bomberos hacían un gran esfuerzo para levantar la cubierta, Dave observó una creciente multitud de curiosos atraídos por la conmoción. Cuando por fin abrieron la pesada placa metálica, estalló una repentina avalancha de sonido, que resonó con una fuerza espeluznante e inexplicable. Los extraños ruidos que habían ido disminuyendo de volumen volvieron a surgir con una nueva intensidad, dejando a todos los presentes inquietos y perturbados.
Cuando los bomberos levantaron la tapa, una cacofonía de chillidos extraños e inquietantes reverberó desde las profundidades de la tubería. Los sonidos eran de otro mundo y nadie podía identificar su origen, pero la conmoción atrajo la atención de una creciente multitud de curiosos que observaban con una mezcla de horror y fascinación.