Cada día, un perro se asoma a un desagüe pluvial: ¡descubrimiento espeluznante al abrirlo!

Al día siguiente, Dave estaba decidido a averiguar qué ocurría. Llevó a su perro con él y se dirigió hacia el desagüe. Al acercarse, el pastor alemán seguía allí, mirando por el agujero. A Dave le picó la curiosidad y se detuvo a observar la escena. Observó al perro durante unos minutos, pero no parecía pasar nada. Sabe que los perros son los mejores amigos del hombre. Son compañeros leales y fiables. Resulta que su instinto estaba en lo cierto. Dave tenía razón al decir que el pastor alemán necesitaba ayuda. Pero no podía hacerlo todo él solo.

Con una creciente sensación de inquietud, Dave se acercó sigilosamente al desagüe, aguzando el oído para oír con más claridad. Algo se movía allí abajo. Dave se dio cuenta de repente de que no podía seguir ignorándolo. Necesitaba ayuda.