Dave escuchaba atentamente mientras el sonido de los camiones de bomberos se hacía cada vez más fuerte, hasta que finalmente fue inconfundible. Observó con asombro cómo los bomberos saltaban de sus vehículos y comenzaban a prepararse para su tarea. Se movían con una confianza y una eficacia que sugerían que ya habían hecho esto muchas veces, su atención centrada únicamente en la tapa del desagüe que se interponía entre ellos y lo desconocido. Dave era invisible para ellos, un espectador más entre la multitud.
Tras algunos gruñidos y esfuerzos, los bomberos consiguieron mover la obstinada tapa del desagüe. Fue un alivio para Dave ver que el metal oxidado finalmente cedía, revelando las oscuras y turbias profundidades del sistema de alcantarillado que había debajo. No pudo evitar una sensación de logro y alivio al saber que las criaturas atrapadas pronto saldrían de su prisión. Sin embargo, mientras observaba el trabajo de los bomberos, Dave no podía evitar la sensación de que aún había más en esta historia de lo que creía. ¿Cuál era el obstáculo al que se enfrentaban y por qué le resultaba familiar? El misterio se hizo más profundo a medida que los bomberos seguían trabajando, y Dave no pudo evitar preguntarse qué otras sorpresas se escondían en las profundidades.