Sin saber qué hacer, Mary decidió llamar a su hermana mayor. Recordaba vagamente haber intercambiado algunas fotos con su hermana años atrás, con la esperanza de que ésta se hubiera olvidado de devolvérselas. Tal vez todo fuera un simple malentendido, pensó mientras marcaba el número.
Esmeralda, la hermana de Mary, contestó rápidamente y se pusieron al día. Hacía tiempo que no hablaban. Cuando Mary sacó el tema de las fotos perdidas, su hermana parecía dispuesta a ayudar, pero Mary pudo percibir una vacilación bajo su tono alegre.