Sin embargo, había una condición: la recepcionista le pidió que llevara todas las fotografías que pudiera encontrar de sus padres. Esta petición le hizo dudar: ¿por qué eran necesarias las fotos para una prueba de ADN? Pero, asumiendo que era una parte esencial del proceso, decidió acceder.
Mary empezó inmediatamente a reunir fotos dispersas por su casa. Apreciaba mucho las fotos enmarcadas de su vida: recuerdos de la infancia, su boda y los hitos de sus hijos. Pero, para su decepción, ninguna de ellas incluía fotos de sus padres. 5