En comisaría, los agentes le preguntaron por qué había entrado en el sótano. Tratando de mantener la compostura, Mary culpó a su edad y lo atribuyó a un malentendido entre hermanas. Estaba decidida a no meter el drama de su familia en este lío, y menos en público.
Sin embargo, los agentes no se lo creyeron. La presionaron para que diera respuestas reales, sobre todo porque no le encontraron ninguna llave de repuesto. Estaba claro que no había entrado así como así, sino que lo había hecho a la fuerza o con ayuda. Mary se dio cuenta de que tenía que darles algo, pero se negó a hacerlo sin un beneficio.