Mary intentó jugar el truco de la anciana confundida para librarse de la detención, pero el agente no se lo creyó. Al no encontrarle ninguna llave de repuesto, la detuvo en el acto y la condujo a comisaría.
Mary se sentó en silencio en la parte trasera del coche de policía, mientras asimilaba el peso de los acontecimientos de la noche. Lo que había empezado como una inocente búsqueda del pasado de su familia se había convertido en un trágico desastre, y allí estaba ella, esposada, camino de la comisaría sin respuestas.