Jessy protestó, pero Mary insistió. Jessy finalmente accedió y se escabulló de la casa antes de que llegara la policía. Sola, Mary se enfrentó a otra elección: podía marcharse ahora y evitar problemas, o podía seguir adelante y obtener las respuestas que había venido a buscar.
La decisión fue fácil. A pesar de la alarma, a pesar del riesgo, Mary no podía irse sin saber la verdad. Cogió una linterna y descendió al sótano. Tal como Jessy había dicho, estaba repleto de álbumes de fotos.