Una prueba de ADN hizo que una mujer se diera cuenta de que le habían mentido durante casi 70 años

Después de un largo viaje, Mary llegó a casa de Jessy. Jessy la recibió con un caluroso abrazo, sorprendida pero complacida por la inesperada visita. Se pusieron al día de sus vidas mientras tomaban el té, pero Mary sabía que la verdadera conversación estaba aún por llegar. Cuando Mary abordó el tema, Jessy comprendió de inmediato.

«Es mi madre, ¿verdad?» Jessy dijo suavemente, su expresión oscureciéndose. Atónita, Mary asintió mientras Jessy comenzaba a explicar. Jessy había crecido con las historias de sus abuelos-historias heroicas que habían llenado su infancia, pero a medida que crecía, se dio cuenta de las inconsistencias.