Una prueba de ADN hizo que una mujer se diera cuenta de que le habían mentido durante casi 70 años

Mary intentó obtener más respuestas, sus dedos temblaban mientras tecleaba. Preguntó a Esmeralda por qué debía marcharse, exigiendo una explicación más allá de vagas advertencias. Pero la respuesta de su hermana fue críptica y frustrante: «Tienes que confiar en mí, Mary. No puedo explicártelo»

Justo cuando Mary estaba a punto de responder, el especialista regresó. Su expresión había cambiado. Su rostro había palidecido y tenía en la mano uno de los álbumes de fotos de Mary. Estaba claro que algo iba mal y la tensión en la habitación se hizo insoportable.