«¿Para qué necesitas esas fotos? ¿No tenemos suficientes fotos de nuestro padre?», preguntó su hermana, con la voz teñida de irritación. Mary vaciló, pero decidió revelar el verdadero motivo de su búsqueda: la prueba de ADN. Sin previo aviso, su hermana colgó bruscamente el teléfono.
Aturdida, Mary se quedó sentada, intentando comprender lo que acababa de ocurrir. ¿Se trataba de una mala conexión? ¿Había colgado su hermana intencionadamente? ¿O tal vez su teléfono había muerto? Incapaz de creer que su hermana reaccionara de forma tan grosera, Mary volvió a llamar varias veces.