Su hermana afirmó que había devuelto todas las fotos hacía casi una década, aunque su memoria era borrosa. Le aseguró que no tenía motivos para conservarlas y que hacía años que no las veía. Pero algo en la voz de su hermana no encajaba con Mary.
Una creciente sospecha corroía a Mary. Su hermana no le estaba diciendo toda la verdad, podía sentirlo. Mary siguió presionando a su hermana y le preguntó si estaba segura de que no había extraviado las fotos o las había guardado por alguna razón. Fue entonces cuando la conversación dio un giro brusco.