Después del incesante ritmo de este viaje de trabajo, estaba deseando relajarse en su asiento para el largo viaje de vuelta a casa. Necesitaba este tiempo para desconectar y descomprimirse. Tal como estaba previsto, el agente de la puerta de embarque llamó para embarcar en su autobús.
Emocionado, José se levantó de un salto y se puso al frente de la fila, sosteniendo su tarjeta de embarque. Unos pasos más y ya estaría en su asiento, listo para relajarse y descansar. Sin embargo, al llegar al mostrador, el agente le lanzó una mirada de disculpa.