El barco gimió mientras rugían los motores y la tripulación trabajaba febrilmente para maniobrar mejor que los atacantes. Por un momento, la esperanza parpadeó: tal vez pudieran dejar atrás a los piratas. Pero entonces apareció un tercer barco, casi como salido de la nada, y chocó contra el costado del barco.
Los piratas lanzaron garfios y empezaron a trepar. Nathan sintió el frío peso de la realidad: estaban abordando. Nathan se volvió hacia el capitán, instándole a que hiciera un anuncio. La voz del capitán resonó por el intercomunicador del barco, instando a los pasajeros a buscar refugio y cerrar las puertas.