Un crucero se topa con piratas, ¡pero lo que hace un valiente pasajero los deja a todos atónitos!

Sin que los piratas lo supieran, su destino estaba sellado. Los guardias de seguridad se marcharon rápidamente para preparar la trampa, mientras los dos piratas que estaban en cubierta se sentían cada vez más inquietos y temían una emboscada a cada paso que daban.

A medida que los dos piratas se deslizaban por el barco, su confianza disminuía. El silencio del enorme navío era desconcertante. No conocían la piratería y se sentían perdidos. En la sala de control, Nathan y el capitán trazaron rápidamente un plan.