Por fin Bali estaba a su alcance. Al aterrizar, el aire tropical le recibió como a un viejo amigo. El aroma a especias e incienso llenó sus sentidos, y los bulliciosos mercados mostraban la vibrante cultura de la isla.
Hambriento por sumergirse en el enigmático espíritu de la isla, Tom se preparó para su viaje inaugural a los venerados templos de Bali, el núcleo mismo de la esencia mística de la isla. Con la cámara en una mano y la correa de Mimi en la otra, su corazón palpitaba de expectación ante lo que imaginaba como un sereno día de descubrimientos.