La próxima vez que vaya a una tienda de animales, elija comederos poco profundos. De este modo, su gato no acabará frotándose la cara contra los lados del cuenco cada vez. Es como recorrer una carrera de obstáculos culinarios cada vez que dan un bocado.
Es aconsejable abstenerse de intentar frotar la barriga a los gatos nuevos hasta que establezcan un sentimiento de confianza con usted. Aclaremos que no es que los gatos rehúyan por completo las caricias en esa zona, sino que tienden a mostrar un mayor nivel de precaución y protección en comparación con otras partes del cuerpo.