Por otro lado, existe una poderosa influencia social ejercida por un grupo de desconocidos que, consciente o inconscientemente, crean una presión para evitar intervenir. Esta reticencia colectiva a actuar hace que a los individuos les resulte excepcionalmente difícil superar la inercia imperante de la multitud y emprender una acción independiente.
El resultado es un entorno difícil en el que el deseo de conformarse suele pesar más que el impulso de ayudar. Observemos lo que ocurre a continuación En esta escena, el hombre se ha desplomado en las escaleras y parece hacer un esfuerzo por arrastrarse hacia arriba, como si luchara por ayudarse a sí mismo.