Debido a esta falta de familiaridad, las personas pueden sentirse inseguras y vacilantes, carentes de la experiencia y los conocimientos necesarios para afrontar con eficacia estos momentos de gran presión. Cuando se enfrentan a la decisión crítica de si deben intervenir y ofrecer ayuda, la incertidumbre y el estrés pueden dificultarles la acción.
¿Recuerdan al hombre de blanco que sostenía un café? En esta escena, vuelve a pasar junto a la persona necesitada. Es la segunda vez que ve al hombre en apuros y, a pesar de haber visto la situación antes, sigue pasando de largo sin ofrecer ayuda.