Una niña se burla de un niño con sobrepeso en la escuela. ¡Años después, él ríe el último!

La cafetería se convirtió en un campo de batalla donde los asientos se reclamaban en función de la popularidad, y Lucas a menudo se encontraba en las afueras, tanto literal como metafóricamente. Las risas y el parloteo a su alrededor siempre le parecían un mundo aparte cuando se sentaba solo, con su bandeja como prueba de su único consuelo: la comida.

No es que Lucas no intentara pedir ayuda a las autoridades escolares. Pero, por desgracia para él, los profesores no resultaron ser más amables con los problemas de Lucas que sus compañeros.