Mientras sus compañeros se ocupaban de las últimas tendencias y cotilleos, Lucas se encontraba cada vez más marginado, con sus intentos de encajar frustrados por las risitas y las miradas de reojo. Este aislamiento se vio agravado por los cambios físicos que anunciaba la pubertad.
Mientras sus compañeros crecían y empezaban a desarrollar músculos, el cuerpo de Lucas parecía expandirse hacia los lados. La timidez por su peso se convirtió en una presencia constante que le roía el corazón y le impedía salir de su burbuja y hacer amigos.