Jake la abrazó. «Estoy aquí para ti», le dijo. «Lo resolveremos juntos» Emma respiró hondo y se secó las lágrimas. Sabía que no podía celebrar la boda sin hablar antes con David. Tenía que encontrarlo y contarle todo.
Se recompuso y decidió buscarlo. Ya no le importaba que la viera vestida de novia. El cuento de hadas ya se había acabado. Ni siquiera sabía si quería seguir adelante con la boda, así que no tenía nada que perder.