Una novia deja a su prometido en el altar tras recibir una extraña llamada telefónica

Una vez a solas, Emma marcó el número de David. No contestó. Lo intentó de nuevo, pero le saltó el buzón de voz. El pánico empezó a apoderarse de ella al darse cuenta de que podría estar evitándola. ¿O estaba con la mujer? Al fin y al cabo, había sido ella quien le había dado su número. No sabía qué hacer. ¿Debía intentar encontrarlo? ¿Seguía adelante con la boda y se ocupaba de todo más tarde?

Cuando Emma se quedó pensativa, llamaron a la puerta. Era Jake, el mejor amigo de David. Había venido a ver cómo estaba Emma. Emma sintió una oleada de alivio. Al menos tenía a alguien con quien hablar.