24. ¿No le asombra saber cómo los bañistas de la década de 1960 conseguían ese perfecto bronceado con el mínimo esfuerzo? Las arenosas playas de Miami no sólo eran un patio de recreo para los amantes del sol, sino también el campo de pruebas de una de las innovaciones más singulares de la década: las máquinas expendedoras de bronceadores. Por unas pocas monedas de 25 centavos, estos extravagantes artilugios ofrecían aceite bronceador y productos esenciales para la playa, transformando un día de playa en una aventura racionalizada de adoración al sol.
Imagínese la comodidad de coger el equipo para tomar el sol de una máquina expendedora, y voilà, ya está listo para disfrutar del brillo dorado sin tener que esperar. Estas máquinas no sólo vendían productos, sino que encapsulaban la obsesión de la época por un bronceado impecable y convertían tomar el sol en un elegante ritual. Así que, la próxima vez que vayas a la playa, imagínate que en lugar de crema solar pudieras meter unas monedas en una máquina y ser al instante la envidia de todos los que buscan el sol: ¿no sería una pasada?