22. ¿No sería genial que un pingüino tuviera su propio programa de entrevistas? Piénsalo: un pingüino elegante con un traje a medida, sentado en un taburete como una celebridad experimentada, mientras un veterano periodista sondea su gélida pericia. Con una aleta en posición dramática, el pingüino deleita a la audiencia con historias de escapadas a los casquetes polares y los sutiles matices de la etiqueta del contoneo.
Mientras la cámara dispara flashes y el público se queda boquiabierto, los ingeniosos comentarios del pingüino sobre el cambio climático y la diplomacia pingüina convierten lo que podría haber sido una fría entrevista en un espectáculo que acapara titulares. Si los pingüinos pudieran hablar, ¿tendrían la primicia sobre la salvación de los casquetes polares o sólo una ráfaga de cuentos entretenidos?