12. ¿Alguna vez has perseguido algo de niño, felizmente inconsciente de sus peligros ocultos? Antiguamente, los camiones de pesticidas envenenados eran un objetivo más de los juegos del vecindario. Los niños se lanzaban tras ellos con un entusiasmo desbordante, sin saber que estos vehículos aparentemente benignos en realidad dispersaban sustancias químicas letales destinadas a erradicar plagas.
Es un poco como correr detrás de un camión de caramelos, sólo para descubrir más tarde que las «golosinas» eran tóxicas. Lo que antes era una persecución despreocupada parece ahora un escalofriante recordatorio de cómo la diversión inocente puede conllevar a veces riesgos imprevistos. ¿Cuántas de estas actividades aparentemente inofensivas de nuestra infancia podrían haber tenido consecuencias más oscuras al acecho?