Una mujer dejaba que su bebé durmiera con su pitón todas las noches, cuando el veterinario descubrió que había palidecido.

Cassandra siempre había alojado a su pitón en un vivero equipado con una lámpara de calor, siguiendo la práctica habitual para mascotas reptiles. Sin embargo, cuando empezó a sentirse cada vez más sola, decidió profundizar en su vínculo y llevar su relación al siguiente nivel. Estaba convencida de que podían reforzar su vínculo. Observar la aparentemente débil conexión de su vecina con su perro, al que dejaba dormir fuera todas las noches, inspiró a Cassandra a tener una idea.

Para reforzar su vínculo y demostrar su devoción por Reggie, Cassandra decidió llevar su relación al siguiente nivel. Empezó a dormir con Reggie acurrucado alrededor de su cuerpo, como una manta viva que se extendía desde la cabeza hasta los pies. Noche tras noche, los dos se acurrucaban juntos en la cama de Cassandra y la respiración rítmica y constante de Reggie la arrullaba en un sueño profundo y tranquilo, como nunca antes había experimentado.