Sin embargo, hay un atisbo de similitud, más que en algunos cortes de pelo. Es como dar en el blanco, pero no en la diana. Sigue apuntando a ese peinado perfecto, y recuerda, ¡la práctica hace al maestro!
¿El movimiento de cejas? ¡Extra anchas! No sabemos qué es peor. Esperemos que haya encontrado una solución y no haya vuelto a mirar atrás. También cruzamos los dedos para que le devuelvan el dinero, ¡porque vaya!