Un oso irrumpe en una escuela primaria: una profesora llora al ver lo que lleva en la boca

Resultó que aquellos animales eran un raro cruce entre un coyote y un oso. El veterinario no pudo determinar cómo habían acabado dentro del pozo, pero destacó su singularidad. Tina se empeñó en no dejarlos volver a la naturaleza; necesitaban un lugar seguro al que llamar hogar.

Por suerte, la conexión de James con el santuario de animales local supuso un rayo de esperanza. Con amplios espacios y recursos, el santuario estaba más que equipado para cuidar de estos seres extraordinarios. Era una solución perfecta, que les ofrecía la oportunidad de una nueva vida llena de amor y seguridad.