Tina asintió, su decisión se afianzó en su corazón. El recuerdo de la criatura herida en la escuela pasó por su mente, sus ojos doloridos suplicando ayuda. «Tienes razón. Tenemos que salvarlos. Si el oso nos trajo aquí, debe ser para pedir ayuda»
El corazón de Tina latía con fuerza mientras gritaba a James: «¡Voy a sacaros a ti y a esas criaturas de ahí! Sólo aguanta!» Sabía que tenía que idear un plan y rápido. Miró desesperada a su alrededor y vio un gran árbol cerca. Se le ocurrió una idea: podía utilizarlo para anclar la cuerda.