Un oso irrumpe en el hospital y una enfermera llora al ver lo que lleva en la boca

La repentina intervención de Hana, unida al visible alivio en su rostro, pareció comunicar al oso que Takashi no era una amenaza, sino un aliado potencial. Con un sutil cambio de postura, el oso se dio la vuelta, sugiriendo que tanto Hana como Takashi debían seguir su ejemplo.

La repentina embestida del oso dejó a Takashi en estado de shock, haciéndole tropezar y caer al suelo. Jadeante, se volvió hacia Hana, con los ojos muy abiertos por la confusión y la preocupación, y preguntó con urgencia: «¿Qué está pasando? ¿Qué perseguimos aquí?»