Un oso irrumpe en el hospital y una enfermera llora al ver lo que lleva en la boca

La repentina intervención de Hana, unida al visible alivio en su rostro, pareció comunicar al oso que Peter no era una amenaza, sino un aliado potencial. Con un sutil cambio de postura, el oso se apartó, sugiriendo que tanto Hana como Peter debían seguir su ejemplo.

La repentina embestida del oso dejó a Peter en estado de shock, haciéndole tropezar y caer al suelo. Jadeante, se volvió hacia Hana, con los ojos muy abiertos por la confusión y la preocupación, y preguntó con urgencia: «¿Qué está pasando? ¿Qué perseguimos aquí?»