A pesar de su inusual dieta, Amou Haji sigue siendo objeto de fascinación por cómo afecta a la salud un estilo de vida así. Al consumir principalmente alimentos podridos y evitar el agua potable, sus hábitos dietéticos desafían los consejos sanitarios convencionales.
Esto plantea cuestiones intrigantes sobre la adaptabilidad del cuerpo humano y los límites potenciales de la ciencia dietética, invitando a seguir explorando las complejidades de las necesidades nutricionales y las diversas formas en que las personas pueden mantenerse, desafiando así las nociones convencionales sobre lo que constituye una dieta saludable y ampliando los límites de nuestra comprensión de la fisiología humana y su interacción con los alimentos.